14 mar 2011

¿A quién engaño?



¿A quién engaño cuando visto de rosa el gris de mi cuerpo?

Cuando taciturna enfoco los ojos
mientras mi atención divaga perdida.
Tal vez no esté extraviada
quizás es la única que sabe a donde ir
y se llega a lugares que yo temo,
desconozco, niego.

A quién engaño cuando sonrío por fuera
y dejo que mis labios inventen historias
de cosas hechas, amores muertos,
sueños mundanos,
conformidad.

A quién engaño cuando emprendo la marcha
y la sigo cansada, desganada,
obligándome a seguirlos, a no perderlos,
mientras mis ojos buscan en el cielo
la ruta que este camino no atraviesa
y me prohíbo la vuelta
cuando es larga y ardua
y sobre todo necesaria.



Es, sin embargo, este testigo
de tentáculos extensos
el que conecta todas las historias
y se niega a camuflarlas de tinta.
cuando pienso que las he olvidado
el se encarga de conectarme,
ligarme, transportarme
y otra vez

de nuevo

¿A quién engaño?

Etérea


Pase lo que pase sabrás que te he querido.
En medio de la lluvia me hallarás,
densa, intermitente, infinita.
Cubriéndolo todo en un afán de llegarte,
fresca, húmeda, vibrante.
Con el silencio de lo que se ha ido
y con la promesa de lo que vendrá.
Pero no te asustes,
sólo cierra los ojos
que en el vacío de tu pecho
sobra lugar para seguir viviendo.
No llores por mi partida,
sal a mi encuentro.
Quítate el escudo de mentiras,
deja las heridas al descubierto.
Que hoy llovizna en tu casa
y quiero despedirme.
No sea cosa que salga el sol
y como la lluvia,
me evapore.